
Intervención mesentérica renal
¿Qué es la Estenosis de la Arteria Renal?
La Estenosis de la Arteria Renal (EAR) es el estrechamiento de una o ambas arterias que llevan sangre a los riñones. Los riñones cumplen funciones esenciales, como filtrar los productos de desecho de la sangre para eliminarlos por la orina y regular la presión arterial mediante la producción de hormonas (como la renina). Cuando el flujo sanguíneo hacia los riñones disminuye debido a una estenosis, estas funciones pueden verse afectadas, lo que puede llevar a problemas como hipertensión arterial (presión alta) y deterioro de la función renal.
Síntomas y Consecuencias
A menudo, la EAR no produce síntomas claros en sus fases iniciales. Sin embargo, puede sospecharse ante ciertas situaciones:
- Hipertensión Arterial: Puede ser la causa de una hipertensión de inicio reciente (especialmente en menores de 30 o mayores de 50 años), o una hipertensión previamente controlada que empeora bruscamente o se vuelve resistente al tratamiento habitual (requiere múltiples medicamentos).
- Deterioro de la Función Renal: Puede detectarse en análisis de sangre (elevación de creatinina) de forma inexplicable o tras iniciar ciertos medicamentos para la presión (como los IECA o ARA-II).
- Otros Signos: En algunos casos, el médico puede auscultar un soplo abdominal (sonido anormal del flujo sanguíneo). En situaciones avanzadas, puede haber episodios de edema pulmonar súbito («flash») o insuficiencia cardíaca congestiva. A largo plazo, la falta de flujo puede llevar a una reducción del tamaño del riñón afectado (atrofia renal).
Causas y Factores de Riesgo
La causa más frecuente de EAR (más del 90%) es la aterosclerosis, el mismo proceso de endurecimiento y estrechamiento de las arterias por placas de colesterol y grasa que afecta a otras partes del cuerpo. Los factores de riesgo para la EAR aterosclerótica incluyen:
- Tabaquismo.
- Diabetes Mellitus.
- Edad avanzada.
- Hipertensión arterial preexistente.
- Colesterol elevado (Dislipidemia).
- Obesidad.
- Sedentarismo.
- Enfermedad vascular conocida en otras localizaciones (corazón, piernas, carótidas).
Una causa menos común, especialmente en mujeres jóvenes, es la displasia fibromuscular, una alteración no aterosclerótica de la pared arterial.
Diagnóstico
Si existe sospecha de EAR, se realizan estudios para confirmar el diagnóstico y evaluar la severidad:
- Evaluación Clínica y Análisis: Historia médica, examen físico y análisis de sangre/orina para valorar la función renal.
- Eco-Doppler de Arterias Renales: Es la prueba de imagen inicial más utilizada. Es no invasiva y permite visualizar las arterias renales y medir la velocidad del flujo para detectar estenosis. Requiere ayuno previo.
- Angio-TC o Angio-RM: Ofrecen imágenes anatómicas detalladas de las arterias. Requieren contraste, por lo que se debe tener precaución en pacientes con función renal disminuida.
- Arteriografía Renal: Es el método más preciso («gold standard»). Se realiza mediante cateterismo (introduciendo un tubo fino desde la ingle o el brazo) e inyectando contraste directamente en las arterias renales. Se reserva para confirmar el diagnóstico en casos dudosos o cuando se planea realizar un tratamiento en el mismo acto.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es controlar la presión arterial, preservar o mejorar la función renal y prevenir complicaciones cardiovasculares. Las opciones incluyen:
- Tratamiento Médico Óptimo: Es fundamental para todos los pacientes e incluye:
- Control estricto de la presión arterial con medicamentos (a menudo se requiere una combinación de fármacos).
- Manejo del colesterol (generalmente con estatinas).
- Control riguroso de la diabetes.
- Cese del tabaquismo.
- Medicamentos antiplaquetarios (como aspirina) si hay aterosclerosis generalizada.
- Revascularización Renal (Restaurar Flujo): Se considera en pacientes seleccionados con estenosis severa y alguna de las siguientes condiciones: hipertensión resistente, deterioro progresivo de la función renal atribuible a la estenosis, o edema pulmonar súbito recurrente. Las técnicas son:
- Angioplastia con Stent de Arteria Renal: Es el procedimiento de revascularización de elección. Es una técnica endovascular mínimamente invasiva realizada mediante cateterismo. Se dilata la estenosis con un balón (angioplastia) y se implanta un stent (malla metálica) para mantener la arteria abierta. A menudo se realiza junto con la arteriografía diagnóstica.
- Cirugía de Bypass Renal: Cirugía abierta mucho menos frecuente hoy en día, reservada para casos muy específicos o complejos.
La decisión sobre realizar o no una revascularización, y qué técnica utilizar, debe ser cuidadosamente individualizada, sopesando los beneficios potenciales frente a los riesgos en cada paciente. Una evaluación por un especialista (cirujano vascular, nefrólogo, cardiólogo intervencionista) es clave para determinar el manejo más adecuado.