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Úlceras en las piernas

¿Qué es una Úlcera de Pierna?

Una úlcera de pierna se define como una herida abierta o una pérdida de sustancia en la piel, localizada típicamente en la parte inferior de la pierna (entre la rodilla y el tobillo) o en el pie, que presenta dificultades para cicatrizar de forma espontánea o persiste durante un periodo prolongado (generalmente considerado crónico si dura más de 4-6 semanas).

Causas Principales: Problemas Circulatorios

La gran mayoría de las úlceras crónicas de pierna están relacionadas con problemas en la circulación sanguínea:

  1. Úlceras Venosas: Son el tipo más frecuente (aproximadamente 70-80% de los casos). Se originan debido a una Insuficiencia Venosa Crónica, una condición donde las venas de las piernas no retornan la sangre eficazmente hacia el corazón. Esto provoca un aumento de la presión en las venas de la parte inferior de la pierna (hipertensión venosa), lo que daña la piel y los tejidos subyacentes, haciéndolos frágiles y propensos a ulcerarse, especialmente alrededor de los tobillos (zona maleolar).
  2. Úlceras Arteriales (Isquémicas): Representan alrededor del 10-15% de las úlceras. Son consecuencia de un aporte insuficiente de sangre arterial rica en oxígeno a los tejidos de la pierna y el pie, causado por obstrucciones o estrechamientos en las arterias (Enfermedad Arterial Periférica – EAP). La falta de nutrientes y oxígeno dificulta o impide la cicatrización de cualquier lesión cutánea. Estas úlceras suelen ser dolorosas y localizarse en áreas distales como dedos, talones o zonas de presión.

Otras Causas Posibles

Además de las causas vasculares, otras condiciones pueden provocar o contribuir a la formación de úlceras en las piernas:

  • Úlceras Neuropáticas (Pie Diabético): Muy comunes en pacientes con diabetes mellitus debido al daño en los nervios (neuropatía diabética), que causa pérdida de sensibilidad. Esto, junto con deformidades del pie y a menudo problemas circulatorios asociados, facilita la aparición de úlceras en puntos de presión.
  • Traumatismos directos.
  • Tumores de piel (úlceras neoplásicas).
  • Infecciones específicas (bacterianas, fúngicas).
  • Vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos).
  • Enfermedades hematológicas o autoinmunes.

Es importante destacar que en algunos pacientes pueden coexistir varias causas (ej. úlceras mixtas venosas y arteriales).

La Importancia del Diagnóstico Preciso

Determinar la causa subyacente exacta de una úlcera de pierna es esencial para establecer un plan de tratamiento efectivo. Cada tipo de úlcera requiere un enfoque terapéutico diferente. Un diagnóstico incorrecto puede llevar a tratamientos ineficaces o incluso perjudiciales, retrasando la curación.

Proceso Diagnóstico

El diagnóstico se basa en una combinación de:

  • Evaluación Clínica: Incluye una historia médica detallada, examen físico completo de las piernas, evaluación de los pulsos y características de la úlcera (localización, aspecto, dolor).
  • Eco-Doppler Vascular: Es un estudio no invasivo fundamental para evaluar tanto el sistema arterial (detectar obstrucciones) como el venoso (identificar insuficiencia valvular o trombosis).
  • Índice Tobillo-Brazo (ITB): Una medición simple para cuantificar el grado de insuficiencia arterial.
  • Estudios Complementarios (según el caso): Cultivo de la secreción de la herida si hay signos de infección, Angio-TC o Arteriografía si se planea revascularización arterial, Biopsia de la úlcera si su aspecto es atípico o no responde al tratamiento, para descartar malignidad u otras causas.

Tratamiento Integral de las Úlceras de Pierna

El objetivo principal es lograr la cicatrización completa de la úlcera, controlar el dolor, prevenir infecciones y evitar la recurrencia. Esto requiere un abordaje multifacético:

  1. Cuidado Local de la Herida (Cura Avanzada):
    • Limpieza regular de la úlcera.
    • Desbridamiento (eliminación del tejido no viable o necrótico) para favorecer la granulación.
    • Aplicación de apósitos especializados que mantengan un ambiente húmedo óptimo para la cicatrización, controlen el exudado y protejan la herida.
    • Manejo del dolor.
    • Tratamiento de la infección con antibióticos si es necesario (según cultivo).
  2. Tratamiento de la Causa Subyacente:
    • Úlceras Venosas: La terapia compresiva (mediante vendajes multicapa o medias de compresión graduada) es la piedra angular del tratamiento. Además, se debe tratar la insuficiencia venosa subyacente (ej., mediante ablación láser endovenosa, escleroterapia o cirugía). La elevación de las piernas también es importante.
    • Úlceras Arteriales: El tratamiento fundamental es la revascularización para restaurar el flujo sanguíneo adecuado a la extremidad (mediante angioplastia/stent o cirugía de bypass). La terapia compresiva está generalmente contraindicada.
    • Úlceras Diabéticas: Requiere un manejo multidisciplinario: control estricto de la glucemia, cuidado podológico experto, descarga de la presión sobre la úlcera (calzado especial, ortesis), desbridamiento frecuente y tratamiento de la posible infección y/o isquemia asociada.

Colaboración y Expectativas

El camino hacia la cicatrización de una úlcera de pierna puede ser largo y requerir un compromiso significativo tanto del paciente como del equipo de salud (cirujano vascular, enfermería especializada en heridas, podólogo, diabetólogo, etc.). La comunicación abierta, el cumplimiento de las indicaciones y la paciencia son cruciales. Trabajar en equipo es la mejor estrategia para alcanzar el éxito terapéutico.