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Pie diabético

¿Qué es el Pie Diabético?

El término «Pie Diabético» se utiliza para describir las diversas alteraciones y complicaciones que pueden ocurrir en los pies de las personas que viven con Diabetes Mellitus. Estas complicaciones, siendo las más frecuentes las úlceras (heridas abiertas), las infecciones y las deformidades, son una causa importante de discapacidad, hospitalizaciones prolongadas y, lamentablemente, son responsables de la mayoría de las amputaciones de extremidades inferiores no causadas por traumatismos.

¿Por Qué se Desarrolla el Pie Diabético?

La diabetes, especialmente si no está bien controlada durante años, puede dañar varios sistemas del cuerpo, creando una tormenta perfecta en los pies:

  1. Neuropatía Diabética: Es el daño a los nervios periféricos.
    • Sensitiva: Provoca pérdida de la sensibilidad protectora (dolor, temperatura, presión). El paciente puede no sentir roces, cortes, quemaduras o la presión de un calzado inadecuado, lo que permite que pequeñas lesiones pasen desapercibidas y progresen.
    • Motora: Causa debilidad en los músculos pequeños del pie, llevando a deformidades como dedos en garra o martillo, y cambios en los puntos de apoyo plantar (aumentando la presión en ciertas zonas).
    • Autonómica: Altera la sudoración, resultando en piel seca y agrietada, más propensa a lesiones.
  2. Enfermedad Arterial Periférica (EAP) o Angiopatía Diabética: La diabetes acelera significativamente la aterosclerosis, causando estrechamientos u obstrucciones en las arterias de las piernas y pies. Esta falta de riego sanguíneo (isquemia) dificulta enormemente la llegada de oxígeno y nutrientes necesarios para la cicatrización de cualquier herida.
  3. Alteración de la Inmunidad: La diabetes puede afectar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, haciendo que sean más frecuentes, más severas y se propaguen más rápidamente.

Complicaciones Principales

  • Úlceras Diabéticas: Son heridas que no cicatrizan, típicamente localizadas en zonas de presión o roce (planta del pie, dedos, talón). Pueden ser puramente neuropáticas (en pies con buena circulación pero sin sensibilidad), isquémicas (en pies con mala circulación) o neuro-isquémicas (combinación de ambas).
  • Infección: Es una complicación muy frecuente y peligrosa de las úlceras. Puede variar desde una infección superficial de la piel (celulitis) hasta infecciones profundas que afectan tendones, articulaciones y hueso (osteomielitis). Una infección grave y no controlada puede poner en peligro la extremidad e incluso la vida (sepsis).
  • Amputación: Es la consecuencia más drástica. Aunque el objetivo siempre es preservar la extremidad, a veces la amputación (de un dedo, parte del pie o la pierna) es necesaria para controlar una infección severa, eliminar tejido necrótico (gangrena) o en casos de isquemia irreversible.

La Prevención: El Pilar Fundamental

La mejor estrategia es evitar la aparición de las lesiones. Esto se logra con:

  • Control Estricto de la Diabetes: Mantener los niveles de glucosa en sangre y la hemoglobina glicosilada (HbA1c) en los objetivos recomendados por su médico.
  • Cuidado Diario y Riguroso de los Pies:
    • Inspeccionar los pies a diario (buscando cortes, ampollas, roces, cambios de color). Usar un espejo si es necesario.
    • Lavar los pies diariamente con agua tibia y jabón neutro, secándolos muy bien, especialmente entre los dedos.
    • Hidratar la piel (excepto entre los dedos) para evitar grietas.
    • Cortar las uñas en línea recta y limar los bordes suavemente.
    • Usar calzado adecuado: cómodo, ancho, de material blando, sin costuras internas que rocen. Evitar andar descalzo.
    • Usar calcetines apropiados: de algodón o lana, sin costuras, que no aprieten. Cambiarlos a diario.
  • Revisiones Podológicas y Médicas Regulares: Al menos una vez al año (o más frecuentemente si hay factores de riesgo), realizar un examen completo de los pies por un profesional (médico, podólogo, enfermera especialista) para detectar problemas precozmente.
  • Control de Factores de Riesgo Vascular: ¡Dejar de fumar!, controlar la presión arterial y el colesterol.

Evaluación y Diagnóstico de una Lesión

Cuando aparece una úlcera o lesión, es crucial una evaluación completa y rápida:

  • Examen Clínico: Evaluar la úlcera (localización, tamaño, profundidad, aspecto del lecho, signos de infección -pus, mal olor, enrojecimiento, calor-), el estado de la piel, las deformidades y la presencia de pulsos.
  • Evaluación Vascular: Esencial determinar si hay suficiente flujo sanguíneo. Se realiza palpando pulsos, midiendo el Índice Tobillo-Brazo (ITB) y realizando un Eco-Doppler arterial. Si se confirma isquemia significativa, pueden requerirse estudios más detallados (Angio-TC, Arteriografía) para planificar una revascularización.
  • Evaluación Neurológica: Comprobar la pérdida de sensibilidad (test de monofilamento).
  • Evaluación Infecciosa: Buscar signos locales y sistémicos (fiebre). Si hay sospecha clínica de infección, se toman cultivos (idealmente de tejido profundo, no superficiales) para identificar bacterias. Si se sospecha osteomielitis (infección del hueso), son útiles las Radiografías, Resonancia Magnética o Gammagrafía ósea.

Tratamiento Integral del Pie Diabético

El manejo exitoso requiere un enfoque multidisciplinario (diabetólogo, cirujano vascular, podólogo, enfermería especializada, traumatólogo, infectólogo) y se basa en varios pilares simultáneos:

  1. Control Metabólico: Optimizar los niveles de glucosa en sangre.
  2. Tratamiento de la Infección: Desbridamiento (limpieza quirúrgica del tejido infectado/muerto) y antibioterapia adecuada (inicialmente de amplio espectro, luego ajustada según cultivos).
  3. Descarga de la Presión (Off-loading): Es fundamental para permitir la curación de úlceras en zonas de apoyo. Se utilizan dispositivos como yesos de contacto total, botas especiales o calzado terapéutico.
  4. Cuidado Local de la Herida (Cura Avanzada): Limpieza regular y aplicación de apósitos que promuevan un ambiente adecuado para la cicatrización.
  5. Revascularización: Si se detecta una Enfermedad Arterial Periférica significativa (isquemia) que impide la curación, es indispensable restaurar el flujo sanguíneo a la extremidad mediante angioplastia/stent (endovascular) o cirugía de bypass. Sin un flujo adecuado, la úlcera no cicatrizará.

Conclusión

El pie diabético es una complicación seria que requiere atención constante y especializada. La prevención mediante el autocuidado y el buen control de la diabetes es la medida más importante. Ante la aparición de cualquier lesión, la evaluación y el tratamiento tempranos por un equipo multidisciplinario, donde el cirujano vascular juega un papel clave en el manejo de la circulación, son fundamentales para lograr la cicatrización, preservar la extremidad y mantener la calidad de vida.