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Manejo intergral del pie diabético

Introducción: Una Complicación Seria, Enfocados en la Prevención

Dentro de las posibles complicaciones de la diabetes mellitus, las lesiones en los pies (úlceras, infecciones) se encuentran entre las más temidas debido a las secuelas que pueden generar. Pueden requerir hospitalizaciones prolongadas, cirugías complejas y, en situaciones graves, llevar a amputaciones. Es fundamental reiterar que la prevención es la base del manejo. Un paciente con diabetes bien controlada y que sigue pautas de cuidado podal tiene muchas menos probabilidades de desarrollar estas complicaciones.

Cuidado y Tratamiento de las Úlceras Diabéticas

El abordaje terapéutico de una úlcera en el pie diabético requiere paciencia, constancia y un equipo profesional con experiencia. El objetivo principal siempre es lograr la cicatrización de la lesión y evitar una amputación.

El Desafío Central: La Infección

Un problema prioritario en las úlceras diabéticas es el altísimo riesgo de infección. La neuropatía (falta de sensibilidad), las posibles alteraciones circulatorias (isquemia) y las defensas disminuidas por la diabetes facilitan la entrada y propagación de bacterias.

  • Reconocer la Infección: Es vital detectarla a tiempo. Los signos locales claves son: enrojecimiento alrededor de la úlcera (celulitis), calor local, hinchazón, secreción purulenta (pus), mal olor (fetidez), aumento de la profundidad de la herida, o visualización/palpación del hueso a través de la úlcera (muy sugestivo de infección ósea u osteomielitis). La aparición de dolor en una úlcera neuropática que antes no dolía también debe hacer sospechar infección. Los signos sistémicos (fiebre, escalofríos, alteración de análisis de sangre) indican una infección más severa.
  • Manejo de la Infección: Requiere un enfoque enérgico:
    • Diagnóstico Microbiológico: Idealmente, tomar cultivos de tejido profundo (no solo superficial) para identificar las bacterias causantes (a menudo son múltiples, incluyendo anaerobios).
    • Antibioterapia: Iniciar tratamiento antibiótico de amplio espectro empíricamente y luego ajustarlo según los resultados del cultivo y la respuesta clínica. La vía (oral o intravenosa) y duración dependerán de la severidad.
    • Desbridamiento y Drenaje: La limpieza quirúrgica (desbridamiento) para eliminar todo el tejido infectado, necrótico o desvitalizado es fundamental. Si hay abscesos (colecciones de pus), deben ser drenados. Estas medidas son tan importantes como los antibióticos.
    • Estudios de Imagen: Radiografías, Resonancia Magnética o Gammagrafía ósea pueden ser necesarios si se sospecha osteomielitis.

Pilares del Tratamiento General del Pie Diabético Ulcerado:

El éxito terapéutico se basa en abordar simultáneamente varios aspectos:

  1. Control Óptimo de la Diabetes: Niveles de glucosa estables favorecen la cicatrización y la respuesta a la infección.
  2. Evaluación y Tratamiento del Flujo Arterial: Estudiar la circulación mediante Eco-Doppler e Índice Tobillo-Brazo. Si existe isquemia significativa (mala circulación), la revascularización (angioplastia/stent o bypass) es a menudo indispensable para que la herida pueda curar.
  3. Desbridamiento y Cuidado Local: Limpieza regular y experta de la úlcera, aplicando los apósitos adecuados.
  4. Descarga de la Presión (Off-loading): Evitar el apoyo sobre la zona ulcerada mediante calzado terapéutico, plantillas especiales, yesos de contacto u otros dispositivos.
  5. Diagnóstico y Tratamiento de la Infección: Como se detalló previamente.

Amputaciones: Un Recurso Terapéutico Necesario en Casos Extremos

Lamentablemente, las lesiones del pie diabético son responsables de una gran proporción de las amputaciones mayores no traumáticas. Es crucial entender que la decisión de amputar no se toma a la ligera y no significa un fracaso. Existen criterios médicos muy claros y, en situaciones extremas (infección incontrolable que amenaza la vida, gangrena extensa sin posibilidad de revascularización), la amputación es un procedimiento necesario para salvar la vida del paciente o para conseguir un nivel de cicatrización funcional.

Los niveles de amputación varían según la extensión del daño:

  • De uno o más dedos (ortejos).
  • Transmetatarsiana (a nivel del antepié, conservando el talón; muy funcional).
  • Bajo la rodilla (transtibial).
  • Sobre la rodilla (transfemoral).

Se busca siempre preservar la mayor longitud posible de la extremidad que sea viable. La toma de conciencia sobre la enfermedad y la adhesión a las medidas preventivas son la mejor forma de evitar llegar a esta situación.