
Enfermedades venosas
Las várices (o venas varicosas) son venas superficiales que se han dilatado de forma permanente, volviéndose alargadas, tortuosas y visibles bajo la piel, comúnmente en las piernas. Toman un aspecto de cordones abultados de color azulado o verdoso.
Su desarrollo se relaciona principalmente con una insuficiencia venosa: las válvulas dentro de las venas, que normalmente ayudan a que la sangre fluya hacia el corazón contra la gravedad, se debilitan o dañan. Esto permite que la sangre retroceda (reflujo) y se acumule en las venas inferiores, aumentando la presión dentro de ellas y provocando su dilatación. La predisposición hereditaria juega un papel fundamental.
Es importante desmentir mitos: las várices en las piernas no causan accidentes cerebrovasculares (ACV) ni infartos de miocardio.
Factores de Riesgo y Síntomas
Además de la herencia, factores como la edad, ser mujer, embarazos, sobrepeso, sedentarismo y pasar mucho tiempo de pie pueden influir en su aparición. Aunque a veces solo representan un problema estético, las várices frecuentemente causan síntomas como:
- Pesadez y cansancio en las piernas.
- Dolor, ardor o calambres.
- Hinchazón (edema), especialmente en tobillos y al final del día.
- Picazón alrededor de las venas.
En casos de insuficiencia venosa crónica avanzada, pueden surgir complicaciones como cambios en la piel (oscurecimiento, eccema, endurecimiento) o incluso úlceras venosas.
Prevención y Manejo de Síntomas (Medidas Generales)
Si bien la predisposición genética no se puede cambiar, ciertas medidas pueden ayudar a aliviar los síntomas, enlentecer la progresión y prevenir complicaciones:
- Mantener un Peso Adecuado: El exceso de peso aumenta la presión sobre las venas de las piernas.
- Ejercicio Físico Regular: Actividades como caminar, nadar o andar en bicicleta activan la «bomba muscular» de las pantorrillas, que impulsa la sangre hacia arriba.
- Elevar las Piernas: Descansar con las piernas elevadas por encima del nivel del corazón varias veces al día facilita el retorno venoso por gravedad.
- Uso de Medias de Compresión Graduada: Es la medida conservadora más importante. Aplican una presión externa decreciente desde el tobillo hacia arriba, mejorando el flujo venoso, reduciendo la hinchazón y aliviando los síntomas.
Tratamiento de las Várices: Opciones Modernas y Eficaces
Cuando las várices son sintomáticas, estéticamente molestas o existe una insuficiencia venosa significativa, se indica un tratamiento intervencionista.
- Evaluación Esencial: El primer paso es siempre una evaluación por el cirujano vascular y la realización de un Eco-Doppler venoso. Este estudio permite mapear las venas, identificar cuáles son las principales fuentes de reflujo (a menudo las venas safenas interna o externa) y planificar el tratamiento más adecuado.
- Objetivo del Tratamiento: El enfoque ideal busca eliminar el reflujo en las venas principales insuficientes (venas «madre» o «alimentadoras») y extirpar o cerrar las várices visibles.
- Principales Opciones Terapéuticas:
- Termoablación Endovenosa (Láser – EVLT / Radiofrecuencia): Es el tratamiento de elección actual para la insuficiencia de las venas safenas. Es una técnica mínimamente invasiva que consiste en introducir una fina fibra óptica o un catéter dentro de la vena enferma a través de una pequeña punción, bajo guía ecográfica. La energía (láser o radiofrecuencia) aplicada en el extremo del dispositivo genera calor que sella y cierra la vena desde el interior, eliminando el reflujo. Se realiza en pabellón, frecuentemente con anestesia local tumescente y/o sedación (aunque también puede usarse anestesia regional o general). La recuperación es notablemente rápida, con menos dolor y hematomas que la cirugía clásica.
- Flebectomía Ambulatoria: Consiste en la extracción de los trayectos varicosos visibles a través de micro-incisiones (2-3 mm), tan pequeñas que usualmente no requieren puntos. Se realiza a menudo en combinación con la termoablación endovenosa y ofrece excelentes resultados estéticos.
- Escleroterapia: Inyección de una sustancia química directamente en las várices más pequeñas, venas reticulares o arañas vasculares para cerrarlas. Puede ser líquida, en espuma o guiada por ecografía (ver sección específica).
- Cirugía de Várices Tradicional (Safenectomía o Stripping): Implica la extirpación quirúrgica de la vena safena insuficiente mediante incisiones en la ingle y tobillo/rodilla. Aunque efectiva, es más invasiva y conlleva un período de recuperación más largo (10-15 días o más) y mayor posibilidad de hematomas y molestias. Hoy en día se reserva para casos específicos.
Ventajas del Enfoque Moderno (Endoláser/Termoablación):
El uso de técnicas endovenosas como el láser ha mejorado drásticamente la experiencia del paciente: el procedimiento es menos traumático, la recuperación es mucho más rápida (retorno a actividades normales en pocos días), las molestias postoperatorias son menores y los resultados estéticos son excelentes, al evitar cicatrices grandes. Muchos pacientes pueden ser dados de alta el mismo día.
Una evaluación detallada permitirá al Dr. Ricardo Olguín recomendarle el tratamiento o combinación de tratamientos más adecuados para su caso particular.