
Accesos vasculares
¿Qué es una Fístula Arteriovenosa (FAV)?
Una Fístula Arteriovenosa (FAV) es una conexión creada mediante cirugía entre una arteria y una vena, generalmente localizada en el brazo (muñeca o codo). Esta conexión se realiza específicamente en pacientes con insuficiencia renal que requieren hemodiálisis (tratamiento para limpiar la sangre con una máquina) para crear un «acceso vascular» adecuado y duradero.
¿Por Qué se Necesita una Fístula para la Diálisis?
La hemodiálisis requiere extraer y devolver al cuerpo un gran volumen de sangre a un flujo elevado, varias veces por semana. Las venas superficiales normales no están preparadas para soportar este flujo ni las punciones repetidas con las agujas de diálisis. Al conectar una arteria (que tiene mayor flujo y presión) con una vena superficial, se consigue que esta vena aumente su flujo sanguíneo y que sus paredes se fortalezcan, haciéndola apta para el procedimiento de diálisis.
¿Cómo se Crea una Fístula Arteriovenosa?
La creación de una FAV es un procedimiento quirúrgico relativamente sencillo, que habitualmente se realiza de forma ambulatoria o con una corta estancia hospitalaria:
- Anestesia: Generalmente se utiliza anestesia local o regional (bloqueo del brazo), siendo un procedimiento bien tolerado.
- Cirugía: Se realiza una pequeña incisión en la piel (en la muñeca o el pliegue del codo, según la anatomía del paciente). Utilizando técnicas de microcirugía, a veces con la ayuda de lupas de aumento, el cirujano vascular une cuidadosamente la vena seleccionada a la arteria adyacente (anastomosis).
- Resultado: Una vez creada la conexión, parte del flujo sanguíneo arterial se desvía hacia la vena, iniciando el proceso de adaptación de la misma.
«Maduración» de la Fístula
Tras la cirugía, la vena que recibe el flujo arterial comienza un proceso de adaptación llamado «maduración». Durante este periodo, la vena se dilata (aumenta su calibre) y sus paredes se engruesan, haciéndola más resistente y fácil de puncionar. Este proceso es crucial para que la fístula pueda usarse de forma segura y eficaz. Una fístula creada con las venas propias del paciente generalmente necesita entre 6 y 8 semanas (o a veces más) para madurar adecuadamente antes de poder ser utilizada para la diálisis.
Alternativa: Fístulas con Prótesis Vasculares (Injertos o AVG)
En algunos pacientes, las venas superficiales no tienen la calidad o el calibre suficiente para crear una fístula nativa funcional. En estos casos, se puede recurrir a un Injerto Arteriovenoso (AVG):
- Se implanta quirúrgicamente un tubo de material sintético (prótesis vascular) bajo la piel, conectando una arteria con una vena adecuada.
- Las punciones para la diálisis se realizan directamente sobre este tubo protésico.
- Ventaja: Los injertos suelen poder utilizarse antes que las fístulas nativas (aproximadamente a las 2-3 semanas).
- Desventaja: Tienden a tener una durabilidad menor que las fístulas nativas y presentan un mayor riesgo de complicaciones a largo plazo, como trombosis (coagulación) o infección, requiriendo a menudo intervenciones para mantener su funcionamiento.
Conclusión
La Fístula Arteriovenosa (FAV) nativa es considerada el acceso vascular de elección para hemodiálisis debido a su mayor durabilidad y menores tasas de complicación. El Dr. Ricardo Olguín, como cirujano vascular, realizará una evaluación detallada de sus vasos sanguíneos (a menudo mediante Eco-Doppler) para determinar cuál es la mejor opción de acceso vascular para usted (FAV o AVG) y planificar la cirugía.